lunes, 28 de julio de 2014

Trocitos de plátano con naranja

Varias veces he recibido la invitación para contribuir en  "Hecho en mi cocina", pero hasta ahora, por una cosa o por otra aún no había participado, y la verdad es que esta vez me apetecía un montón aportar mi granito de arena, así que hoy por fin os traigo una receta con la que participo en el HEMC#62, organizado por Cristina de LeBonVivant



La propuesta de este mes debía llevar plátano, así que os traigo una receta perfecta para esos plátanos que de vez en cuando se nos empiezan a madurar un poco más deprisa de lo que pensábamos, y que de esta manera los podemos aprovechar, porque la verdad es que tirar comida da bastante rabia.


Es además una receta muy sana y de lo más fácil, ya que no se necesita horno, lo cual muchas personas en verano seguro que agradecen, tan sólo hay que calentar un poquitín, pero muy poco, y después dejar enfriar y listo para tomar.


Y como esta semana no ando muy sobrada de tiempo, no me voy a enrollar más, así que os dejo ya con la receta, que espero que os guste ;)

Ingredientes:

3 ó 4 plátanos maduros
 zumo de 4 naranjas
1 cucharadita (tsp) de agar agar en polvo

- lavamos la fruta
- pelamos los plátanos, los cortamos en rodajas del tamaño que nos guste y exprimimos las naranjas
- en un cazo colocamos el zumo de naranja con los trocitos de plátano, añadimos el agar agar, damos vueltas para que se disuelva y lo ponemos a calentar hasta que hierva, dejando que esté así durante más o menos un minuto
- retiramos del calor y lo repartimos en recipientes individuales para que se enfríe y espese. Cuando ya esté más o menos templado lo metemos al frigorífico para que se termine de enfriar. Antes de servirlo yo lo he cortado con un cuchillo en trozos pequeños, pero si os gusta lo podéis dejar tal cual, además lo he adornado con unas hojillas de hierbabuena.


Sugerencias:

- como veis no he añadido nada de azúcar, pero si os apetece podéis añadir a vuestro gusto un poco de azúcar o de sirope de agave, o incluso podéis añadir también el zumo de un limón
- es otra manera de ofrecer frutas a los niños, ya que a veces se aburren de comer siempre lo mismo, y sin embargo si se lo ofrecemos con una apariencia diferente quizás les haga gracia. Aunque también sé por experiencia que a veces no cuela, ¡pero hay que intentarlo!
- es una alternativa al típico batido de frutas que se le suele dar a los bebés, y sobre todo muy cómodo para dárselo cuando no estamos en casa, ya que podemos añadirle más frutas además de naranja y plátano, y no se oxida tanto.

lunes, 21 de julio de 2014

Bizcocho de pistachos y cardamomo con sirope de lima

Anoche, aprovechando que teníamos a mi madre cerca para que se quedara con los niños,  Óscar y yo salimos a dar un paseo por el pueblo. La verdad es que por la tarde el tiempo no estuvo muy agradable que digamos, y en cuanto el sol se tapaba por alguna nube hacía más bien fresco. En cambio hizo muy buena noche. Fresca sí, pero no corría aire, con lo cual el paseo resultó muy agradable, y más aún porque el cielo estaba totalmente despejado, y daba gusto ver las estrellas y la Vía Láctea. Tienen algo que atrae, ¿no os parece?


Mientras dábamos el paseo y nos trincábamos una bolsa de pipas, me iba acordando de que la primera vez que escuché la palabra cardamomo fue hace muchos años, viendo la serie Doctor en Alaska, ¿os acordáis? Yo estaba superenganchada a ella. Recuerdo que todos los viernes ponían un capítulo, y yo lo grababa, y si algún día no estaba en casa, porque salía con mis amigas, entonces programaba el vídeo para grabarlo.

Si alguna vez se me olvidaba programarlo, entonces rápidamente buscaba una cabina, entonces nadie tenía móvil, y llamaba a mi madre dándole instrucciones para que me lo grabara. ¡Qué tiempos!, y en realidad tampoco es que haga tantísimo tiempo.


Aún recuerdo vagamente el capítulo en cuestión, y seguro que si lo busco aún lo tengo grabado. El doctor, Joel, se pierde, y de repente aparece en la cabaña de Adam, un superchef muy raro y estrafalario, que siempre va descalzo por ahí (uno de esos personajes guays que aparecían en la serie). Al entrar en la cabaña lo que para Joel parecía que iba a ser algo horrible, se convierte en algo sorprendente, agradable e inesperado, ya que empieza a percibir los aromas de la cocina de Adam, y ahí, precisamente, es donde menciona el cardamomo.

mosaico de pistachos y semillas de cardamomo cerradas y abiertas

Hasta entonces yo no sabía ni lo que era, y jamás había escuchado semejante "palabro". Pocos años después, uno de mis hermanos me trajo de EEUU un bote de cardamomo molido, que por ahí sigue rondando en mi cocina, y que no lo tiro, más por puro recuerdo, que por lo que contiene, porque comparado con el olor de unos clavos recién molidos, ese polvillo añejo ya no huele a "na".


Lo cierto es que en cuanto probé la primera vez el cardamomo me encantó, tanto como me gustaba la serie en cuestión, que es de esas que te dejan huella, al menos a mi. Mis hermanos y yo disfrutábamos muchas veces viendo los capítulos ya grabados, amontonados en el sofá , bueno sofás, del salón. Aunque lo de amontonados es literal, porque somos 6, con lo cual os podéis hacer idea. Eso si, siempre había alguno que al final se tiraba directamente en la alfombra para estar más ancho.

La verdad es que a veces añoro esa época, con todos los hermanos en casa junto a mis padres. Ahora esos momentos se repiten con menos frecuencia, ya que cada uno vivimos en un sitio, aunque en realidad cuando logramos estar todos juntos es cómo si retrocediéramos en el tiempo hasta aquellos años, diciendo las mismas bobadas y riéndonos por las mismas tonterías. Y es que aunque hayan pasado los años, seguimos siendo los mismos "chiguitos" que entonces.

Creo que tengo mucha suerte, primero por tener tantos hermanos, y segundo porque todos nos llevamos bien. En ese sentido estoy convencida de que soy muy afortunada.


Pero en fin, volviendo a la receta, en cuanto la vi en el facebook de Jamie Oliver sabía que me encantaría, porque la combinación de pistachos, lima y cardamomo es muy refrescante y el resultado de esa mezcla de sabores es espectacular. Desde luego que cuando hice este bizcocho cumplió con creces todas mis expectativas, tiene un sabor ligeramente acidillo por el sirope de lima, y el regustillo final que deja en el paladar el cardamomo es ¡uhmmm!, ¡pura maravilla!. En realidad la receta no es de Jamie, es de CupcakeJemma, pero me da igual de quién sea, lo que sí que sé es que está muy, muy rico. Y aquí os dejo, sin más, esta receta tan refrescante, para estos días de no verano que estamos teniendo este año por estos lares, aunque si vuestro verano es de los de verdad, con calor, seguro que os resultará aún más agradable.


Ingredientes:

bizcocho
185 g harina (yo usé integral)
150 g mantequilla a punto pomada
3 huevos a temperatura ambiente
125 g de yogur natural (1 yogur)
150 g azúcar (la receta original añadía 185, pero os aseguro que no necesita tanto)
1 (tsp) cucharadita de levadura química
150 g de pistachos troceados
1/2 cucharadita de cardamomo en polvo

sirope
125 g azúcar
zumo de 2 limas
ralladura de una lima
75 ml de agua
80 g de pistachos troceados

- tamizamos la harina y la mezclamos con la ayuda de una batidora con los pistachos, la levadura, la mantequilla, el azúcar, el cardamomo y los huevos
- cuando la mezcla anterior esté homogénea añadimos el yogur y lo batimos todo de nuevo hasta que se haya incorporado totalmente
- colocamos la masa en un molde engrasado y horneamos. En el horno precalentado a 170ºC mi bizcocho tardó en cocerse media hora en un molde redondo desmoltable, pero CupcakeJemma, que usó un molde rectangular lo tuvo en el horno 1 hora. Así que lo mejor es que controléis vuestro bizcocho y vuestro horno, y cuando penséis que ya puede estar pincháis, como siempre, con una aguja, y si sale limpia es que efectivamente el bizcocho ya está.
- dejamos que se enfríe sobre una rejilla y preparamos el sirope, para ello rallamos la piel de una de las limas, que antes habremos lavado, y la reservamos. En un cazo ponemos el zumo de las dos limas, con el agua y el azúcar y lo calentamos a fuego moderado hasta que hierva durante unos 4 minutos, removiendo de vez en cuando. Es un sirope, así que no tiene que espesar como si fuera caramelo. Pasado ese tiempo añadimos la ralladura de la lima y lo dejamos hirviendo otro par de minutos más.
- retiramos el sirope del fuego y mientras se enfría un poco troceamos los pistachos ayudándonos de un cuchillo
- desmoldamos el bizcocho, que aún estará algo templado, y con una aguja o una brocheta lo pinchamos todo él por encima, y así al añadir a continuación el sirope sobre el bizcocho, lo absorberá por donde lo hemos pinchado. Por último, y mientras aún está pegajoso le añadimos por encima los pistachos

¿Qué os ha parecido? ¿Verdad qué no puede ser más fácil?, y para despedirme hasta la próxima os dejo con un pequeño vídeo de Doctor en Alaska, no es la escena de la que os hablaba al principio, ya que no la he encontrado, pero es una parodia de un videoclip de Robert Palmer que a mi me encanta, y que espero que a vosotros también os guste ;) ¡Feliz semana!


Sugerencias:

- para moler el cardamomo abrís la vaina, colocáis las semillas entre dos pedazos de papel de hornear y pasáis por encima el rodillo varias veces
- la blonda sobre la que he colocado el bizcocho está hecha recortando un círculo de papel de hornear, que después he doblado varias veces y con la tijera le he hecho unas ondas. Así siempre tenemos blondas a mano de cualquier medida.
- a pesar de haber echado menos azúcar que la receta original, y de que he empleado harina integral, este bizcocho lleva mucho azúcar, sobre todo por el sirope, por lo que os recomiendo tomarlo con mesura, para no abusar demasiado.

lunes, 14 de julio de 2014

Pan de kamut y tostada de ajo

¡Por fin parece que hoy se ha animado a venir el verano a estas tierras!, y por fin os traigo este pan. Llevaba tiempo con ganas de publicar estas dos cosas, un pan hecho sólo con harina de kamut y una tostada de ajo, así que pensé, ¿porqué no hacer la tostada de ajo con pan de kamut?, ¡y dicho, pensado y  hecho!.


Me gusta tener en casa harinas de distintos tipos de cereales para mezclarlas entre sí en los panes y bizcochos, y el kamut es una de las que uso de tarde en tarde. No me resulta fácil encontrarla, pero se la pido a una de mis hermanas que me la consigue a través del grupo de consumo del que es socia.

Por si no lo sabéis el kamut o khorasan es un tipo de trigo antiguo, procedente de una semilla que no ha sido modificada desde hace siglos. No os voy a desvelar más datos de este cereal, os dejo a vosotros que lo investiguéis, pero os diré que a muchas personas que presentan intolerancia al trigo, ni el kamut ni la espelta les suelen afectar, y es precisamente porque son semillas que a lo largo de los años se han mantenido sin modificarse.


El kamut es un grano que tiene un porcentaje de proteína bastante alto, entre el 12 y el 18 %, pero en realidad es más bien pobre en gluten, y por eso hay que tomar ciertas precauciones a la hora de hacer pan para que el gluten se desarrolle correctamente y tenga cierto volumen, de lo contrario aunque el pan salga igual de rico, quedará plano, como una torta.


Desde el amasado ya se ve que no es como el trigo al que estamos acostumbrados. La masa tiene un olor especial que no sabría describir, pero que es muy agradable, y el pan después de haberse cocido, tiene también un sabor exquisito.

He seguido la receta del libro de Ibán Yarza, aunque añadí más agua, ya que al emplear harina integral la cantidad que indicaba la receta se quedaba corta. Para asegurarme de que después de formar el pan no se me caía y no me iba a quedar plano, lo dejé fermentando en un molde alargado.


¡Cómo estaría el pan que al día siguiente ya nos habíamos comido más de la mitad! ¡un sabor increíble!, y por supuesto, que la tostada de ajo con este pan es algo impresionante.

Cuando yo era pequeña, entre las meriendas habituales que tomábamos mis hermanos y yo estaban los cantos de tomate y las tostas de ajo. Parece mentira que algo tan simple, tan fácil de hacer, y con unos ingredientes tan básicos, sea a la vez un placer tan grande para los sentidos. El pan tostado, su aroma, su textura crujiente, su color, un sencillo diente de ajo con su rico y penetrante olor, un pellizco de sal y un buen chorro de aceite, por supuesto, de oliva virgen extra, ¡madre mía!. Mi padre suele decir en estos casos que es "lo que se llevó Dios en su viaje", que no sé qué viaje sería, pero que deja bien claro que tuvo que ser algo muy, muy bueno.


Y os aseguro que esta tosta de ajo, con pan de kamut o con un buen pan de trigo, es una maravilla. A mis hijos y a mis sobrinas, les encanta, no podía ser de otro modo, ¡los genes son los genes!. 


Es además una merienda ideal para los niños pequeños. Cuando mis hijos empezaron a comer pan yo se lo daba de merienda muchas veces. Alguna vez incluso les añadía también un poco de tomate restregado en ese pan. Y es que para los bebés siempre es eso más natural que el jamón de york, que está lleno de aditivos, y que el embutido o el jamón serrano, que además de aditivos también llevan demasiada sal, cosa que si nuestro bebé es aún menor de un año, le podemos dar la tostada sin sal, e igualmente le va a encantar, y encima le va a proporcionar un alimento de calidad.


Y sin más os dejo con la receta y creo que me voy a preparar una tosta de ajo, que viendo las fotos me han entrado ganas. Además con esos ajos de nuestra huerta recién cosechados... ¡uhmmm! ¿os animáis a prepararos una tosta? ¿Y a hacer el pan? 


Ingredientes:

biga
140 g harina integral de kamut
80 g agua
2 g levadura prensada (0,7 g de levadura seca)
- el día anterior mezclamos estos ingredientes y amasamos hasta obtener una bola densa
- guardamos la bola en un recipiente cerrado en el frigorífico hasta el día siguiente

pan
biga preparada el día anterior
360 g harina integral de kamut
330 g agua
2 g levadura prensada ó 0,7 g de levadura seca
10 g sal
- mezclamos todos los ingredientes menos la sal. La biga la añadimos haciéndola trocitos. Amasamos un poco hasta tener una masa más o menos homogénea, la tapamos y la dejamos reposar  unos 25 minutos. 
- añadimos la sal y comenzamos a amasar. Después de unos segundos amasando dejamos que la masa repose 5 minutos. Volvemos a amasar y a dejar reposar. En total repetimos este proceso unas 3 veces.
- colocamos la masa en un bol, la tapamos y la dejamos reposar unas 2 horas para que fermente
- pasado ese tiempo colocamos la masa en la encimera, ligeramente enharinada, y formamos con ella una bola. Le damos la vuelta sobre una superficie que no tenga harina y dejamos que repose 15 minutos
- cuando haya pasado ese tiempo damos la vuelta a la masa, la aplastamos para formar una torta y con esa torta formamos el pan, para ello nos imaginamos que la torta está dividida en 3 piezas paralelas y doblamos primero una de ellas hacia la mitad, sellamos presionando con los dedos, y volvemos a plegar como si quisiéramos enrollar la torta. Rodando el pan por la mesa terminamos de darle la forma, un poco más ancha por el centro y más estrecha por los extremos
- lo colocamos con la unión hacia arriba, sobre un paño de lino o algodón enharinado que habremos puesto dentro de un banneton alargado o en un molde que usemos para hacer pan de molde, bizcochos o algo parecido. Lo tapamos con un paño húmedo  y dejamos que fermente durante hora y media más o menos
- pasamos el pan a una lámina de papel de horno dándole la vuelta y realizamos un corte longitudinal sobre éste
- cocemos en el horno precalentado, al principio con calor sólo por  abajo y con vapor, a 250ºC durante 15 minutos. Pasado ese tiempo seguimos horneando, pero ya sin vapor, y con calor arriba y abajo, a 200º C durante 40 minutos más
- finalmente dejamos enfriar sobre una rejilla

tosta de ajo:
pan cortado en rebanadas
ajo
aceite de oliva virgen extra
sal
- tostamos las rebanadas de pan
- raspamos las tostadas con un diente de ajo
 - añadimos por encima un chorrillo de aceite y un poco de sal


Sugerencias y datos:

- los tiempos de reposo de la masa van en función de la temperatura exterior. Para retardar la fermentación siempre se puede meter la masa en el frigorífico. Si en cambio queremos que, por ejemplo, la biga fermente más rápida, no hará falta dejarla en el frigorífico toda la noche, sino que se puede dejar a temperatura ambiente, y en cuanto su volumen haya aumentado se podrá utilizar.
- lo mismo pasa con respecto a las temperaturas y tiempos de horneado, cada horno es distinto y puede que en algunos se tarde más en cocer y en cambio que en otros sea más rápido
 - si os pasáis añadiendo agua a la masa y se os pega demasiado, podéis recurrir al amasado francés
- también podéis dar al pan forma de hogaza, dejándolo fermentar dentro de un bol o una banneton redondo
- para los bebés, ya sabéis que la recomendación actual es comenzar a introducir alimentos con gluten entre los 6 y los 7 meses de edad, haciéndolo poco a poco y si dais el pecho continuar con la lactancia materna, ya que así se previene la celiaquia. Por ello la tosta de ajo se puede tomar a partir de esa edad, pero teniendo cuidado porque aunque por la edad es un alimento apto, los bebés aún puede que no estén preparados para tomar pan sin peligro de atragantarse. Si les dais pan mejor que sea duro, para que lo chupen y no tengan peligro de ingerir pedacitos.

lunes, 7 de julio de 2014

Helado de queso con salsa de grosellas

¡Siempre pasa igual!, cuando tenemos una primavera suave, como la de este año, sin heladas fuertes e incluso con algún día de calor, luego llega el verano y se toma la revancha. Lo digo porque de momento, en lo que llevamos de verano, no se puede decir que esté haciendo calor. Esta semana incluso hemos llegado a encender la estufa un día.
helado de queso

La verdad es que me da rabia. Me gusta que en invierno haga frío y en verano calor, y en primavera y otoño, pues normalmente, por aquí, también frío.

helado de queso

Hace dos años tuvimos también un mes de julio que hizo malísimo, y después nos vino el verano con retraso. Septiembre y octubre fueron más cálidos de lo normal.  Es como si julio y octubre se hubiesen cambiado uno por el otro.

tacitas de helado de queso con salsa de grosellas

Así que con este panorama del tiempo no es de extrañar que este año no haya estado yo muy por la labor de hacer helados. La verdad es que no sentía la necesidad. Pero ahora, no por el calor que hace, sino más bien por las fechas en las que estamos, me han entrado de repente las ganas de hacerlos.

tacitas de helado de queso con salsa de grosellas

No hace tantas semanas que quité de la cama la manta y estamos sólo con una colcha fina, pero alguna noche nos hemos tenido que echar encima una manta finita y eso porque me da vergüenza volver a poner la manta gorda, que es una manta de lana de Palencia que me dio mi suegra de lo más abridadita, pero por ganas bien que lo habría hecho.

Por fin hemos quitado los ajos , y mientras termino de procesar los guisantes, que ya se nos han acabado, y pienso en como voy a hacer para gastar los calabacines que ya han empezado a salir, me he puesto a hacer un helado, a ver si así animándome yo, se anima el tiempo también a calentar.

manta de patchwork y ajos

Llevaba tiempo detrás de un helado de queso, y de varios que he hecho, éste es el que más me ha gustado, con un sabor increíble y de puro fácil que es se hace casi sin enterarse. Tiene un suave sabor a queso que combina a la perfección con una salsa o una mermelada de frutos rojos. Yo me decidí por una salsa de grosellas, que acabábamos de recolectar, pero si en vez de eso usáis una mermelada de moras, sobre todo si es casera, resulta igual de delicioso.

tacitas de helado de queso con salsa de grosellas

Le puse también un poco de chocolate, ¡qué me encanta!, aunque si os digo la verdad con la crema del helado y la salsa de grosellas hubiera sido suficiente, así que aunque no añadáis chocolate el  helado va a seguir siendo igualmente exquisito.

tacita de helado de queso con salsa de grosellas

Este helado desde ya se ha convertido en mi favorito de este verano, y si queréis saber porqué sólo tenéis que prepararlo.

Ingredientes:

200 g de queso crema (tipo philadelphia)
2 yogures griegos
2 vasitos de yogur de leche entera
50 g azúcar
1 pellizco de sal
1 cucharadita (tsp) de esencia de vainilla
30 g de pepitas de chocolate (o chocolate fondant troceado)
para la salsa:
150 g grosellas
40 g azúcar
100 ml agua

- para el helado: mezclamos todos lo ingredientes menos el chocolate, los batimos para que quede la mezcla bien homogénea y finalmente añadimos el chocolate
- introducimos la mezcla en el frigorífico, y cuando esté bien fría la colocamos en la heladera. 
Para la salsa:
- ponemos en un cazo a calentar el agua con las grosellas, hasta que se ablanden. 
- las pasamos por un pasapués para eliminar las pieles y pepitas
- volvemos a ponerlas a calentar hasta conseguir el espesor deseado añadiendo previamente el azúcar con el puré que acabamos de obtener

A la hora de tomarlo acompañaremos el helado con la salsa y también podemos añadirle unas grosellas por encima.

tacitas de helado de queso con salsa de grosellas


Sugerencias:

- en la entrada del helado de fresas encontráreis la explicación para hacer helado sin heladera
- podéis sustituir las grosellas por cualquier otro fruto rojo

Por cierto, que en facebook estoy contando cómo hacer un licor de nueces verdes. De momento lo cuento allí para que lo podáis ir haciendo, porque para cuando lo publique no habrá ya nueces verdes y no lo podréis hacer, así que si os interesa, pasaos por allí.
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