martes, 25 de septiembre de 2012

Mermelada de tomate

Estábamos tan a gustito con los últimos días de calor y de repente llegó el otoño. Y no es que haga un frío excesivo, pero es que no me apetece lo más mínimo empezar a sacar los abrigos y la ropa de invierno ni empezar con la estufa y la leña. Todavía me acuerdo del otoño tan bueno que tuvimos el año pasado, ¡los niños estuvieron yendo al cole en pantalones cortos casi hasta finales de octubre!.

Pero claro, a cambio tuvimos un verano horroroso que ni fue verano ni fue "na". Este año, en cambio, el verano ha sido como debe ser, así que el otoño también parece que va por ese camino.

Por lo que sí me apetece más es por preparar recetas típicas de este tiempo: con moras, membrillos, calabazas, manzanas... En esta época del año apetece hacer cosas con todos los frutos que se recogen cada día. ¡Y es que a mi eso de recolectar me encanta!. Debo tener muy marcado algún gen de nuestros antepasados recolectores porque todo lo que veo tiendo a meterlo en una cesta y ¡para casa!

tomates

Hoy os traigo una receta otoñal que me trae recuerdos de mi niñez. Es la receta de la mermelada de tomate. En realidad os traigo dos versiones, la clásica, que es la que mi madre solía hacer, y por eso yo tengo que hacerla también todos los años, por que si no la hago es como si me faltara algo, y otra algo diferente, con vainilla, la descubrí hace un par de años y me gustó tanto que si no la hago reviento. La primera es la que aparece en el libro de recetas de la sección femenina, aunque aparece como confitura.

Y aunque os parezca raro hacer mermelada de tomate no lo es. En realidad el tomate es una fruta, igual que las ciruelas, los albaricoques, las peras o las manzanas.

Mermelada clásica:

2 kg de tomates poco maduros
zumo de un limón
ralladura de dos limones
azúcar

Se lavan y se trocean los tomates y se ponen a cocer con el zumo de limón y la ralladura. Se deja que vaya reduciéndose poco a poco y cuando ha espesado suficiente lo pasamos por el pasapuré, lo pesamos, añadimos la misma cantidad de azúcar (yo siempre añado menos) y volvemos a cocer hasta que se alcanza el punto de mermelada: se echa un poco de mermelada en un platillo que antes hemos tenido enfriando en el frigorífico y se deja enfriar. Después, si al empujarla con el dedo se arruga, ya está en su punto.
La receta original se hace escaldando los tomates y despepitándolos antes de ponerlos a cocer, pero yo suelo saltarme ese paso usando el pasapuré. De ese modo además la piel soltará algo de pectina, que después ayudará a espesar la mermelada.

Mermelada de tomate

Mermelada con vainilla:

1 kg de tomates
1 vaina de vainilla
400 g azúcar

Hacemos como en el caso anterior, lavamos y troceamos los tomates y los ponemos a cocer. Dejamos que se reduzca y pasamos por el chino o por el pasapurés. Abrimos una vaina de vainilla, extraemos las semillas y éstas, junto con la vaina y el azúcar las ponemos a cocer despacio con el puré de tomate. En realidad la vainilla también aporta sabor dulce, así que quizás os guste con  menos cantidad de azúcar.

Mermelada de tomate

Sugerencias:

- Os recuerdo que hay una ligera diferencia entre mermelada y confitura, y que el tomate contiene licopeno, que es un antioxidante, así que ya sabéis, tostadas con mantequilla o aceite y ¡mermelada de tomate!
- la mermelada clásica también se puede emplear como acompañamiento de platos salados, con carnes o pescados, como por ejemplo el bacalao

Mermelada de tomate

domingo, 16 de septiembre de 2012

Broa de milho

¡Sí, soy yo que estoy por aquí otra vez!. Ya sé que ha pasado mucho tiempo desde mi última entrada, pero estas fechas para mi son muy liosas, aunque imagino que medio país andará como yo. Es lo que tiene el comienzo del cole. Retomar las rutinas y los horarios después de los meses de vacaciones cuesta. 

La verdad es que yo ya lo estaba deseando, pero a pesar de todo no es tan fácil coger el ritmo. Y si encima estás medio loca como yo y te da por pintar las puertas, ventanas y el suelo de la casa (de la planta de arriba que es de madera), peor aún. Y si encima tienes huerta y te toca empezar a envasar judías, pisto, tomate... pues os podéis imaginar.

Broa de milho

Y no es que no haya tenido todo el verano para haber pintado, pero es ahora cuando me ha dado el siroco, y dicho y hecho. De todos modos debo tener por ahí un gen atravesado o algo, porque todos los años por estas fechas me complico con alguna cosa. El año pasado fue revocando una fachada, el anterior tapando una ventana con pladur, hace 4 años tuve un hijo... y así cada año. Lo que os digo, estoy un poco trastornadilla. Óscar me teme, y no es para menos.

Broa de milho

Pero a pesar de todo no quería faltar a mi cita con las chicas de Bake the world, ya que este mes toca un pan especial. Es un pan hecho con harina de maíz, la broa de milho, un pan portugués, pero que también se hace en Galicia. Es un pan que tiene una miga húmeda, debido a la gelatinización previa que se hace de la harina de maíz, y que cuando se tuesta sabe a kikos y está muy kiko, digo... ¡rico!. (No lo he podido evitar, aunque ya sé que es penoso). En fin, yo os recomendaría hacerlo, o si no probarlo en cuanto tengáis ocasión, porque su sabor os va a sorprender. Óscar, que ya no dice nada de mis panes porque le tengo acostumbrado, en esta ocasión no ha podido evitar decirme lo bueno que estaba. ¡Y es que de verdad lo estaba!

Broa de milho

Ingredientes:

450 g de harina de maíz integral
225 g harina de centeno integral
75 g de harina de trigo de fuerza
550 g agua
75 g de masa madre de trigo
20 g levadura prensada
15 g de sal

- en primer lugar escaldamos la harina de maíz con agua hirviendo. Añadiremos la cantidad de agua que pida la harina. Aconsejo echar el agua poco a poco y amasar con las manos para ayudar a que la harina se humedezca, ya que si no, corremos el riesgo de pasarnos. Aparentemente a la harina le cuesta absorber el agua, no pasa igual que cuando se gelatiniza el centeno, y si echamos mucho agua ahora, después nos quedará una masa tan pegajosa que no la podremos manejar.
- cuando toda la harina esté bien empapada de agua dejamos reposar unos 30 minutos para que se vaya produciendo la gelatinización
- después mezclaremos la levadura con la masa madre y con el resto de agua, ahora fría, es decir, los 550 g menos lo que hayamos usado para la gelatinización
- removemos hasta mezclar y le añadimos el maíz. Seguimos removiendo hasta homogeneizar
- por último añadimos la sal, junto con las harinas de trigo y de centeno. Metiendo las manos en la masa, que es del "tipo pegajoso", amasamos bien durante unos 20 minutos y a continuación la dejamos reposar más o menos durante una hora tapándola con un paño húmedo
- después añadimos harina en un bol colocamos la masa, y le damos forma de bola haciéndola girar dentro del bol
- finalmente introducimos la masa al horno, sin fermentación secundaria ni vapor, a unos 250ºC durante unos 45-50 minutos

Para hacer este pan he seguido las indicaciones del blog Panis Nostrum, en donde podéis encontrar más información sobre este tipo de pan.

Broa de milho

Sugerencias: 

- una que, al menos para mi, es importante: comprar harina de maíz ecológica. Es la única que nos garantiza que no lleva maíz transgénico.

- si no soléis comprar productos ecológicos y no sabéis dónde encontrar harina de maíz, sabed que en las grandes superficies cada vez es más fácil encontrar estos productos. Ahí podéis comprar harina de maíz, de centeno, y otras, sin necesidad de volveros locos buscando una tienda especial.

Otros panes de maíz podéis encontrarlos en: 
Migas con Locura 
Bloc de recetas
Cacharreando en mi cocina 
La cocina de mi abuelo 
Kooking 
Circus day 

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